Archivo de la etiqueta: semiología

36. Entrevista a Oscar Steimberg: «Lo que tiene de bueno la historieta es que es imposible»/ Lucas Berone y Federico Reggiani

Texto completo: EntrevistaaOscarSteimberg_versiónfinal

«La elección de la historieta como objeto estaba directamente relacionada con la producción intelectual de un grupo, relacionado o nucleado en torno al Instituto Di Tella, a fines de los años sesenta. Por supuesto, no era únicamente el momento del Di Tella: era también el momento del pop y del camp. (…) Entonces, valorar la historieta se podía considerar en continuidad con la valoración del arte pop y del camp. O mejor dicho, en continuidad con la valoración que las perspectivas pop y camp hacían de las artes populares y comerciales: de las revistas femeninas ‘de último nivel’, de la publicidad, de la historieta más ‘barata’ o con peor soporte gráfico, etc.» (…)

«Y eran los tiempos en que se empezaba a pensar en la ‘muerte del autor’. Tal como sucedió en Literal, todos habíamos tenido, o teníamos en ese momento la idea de una revista sin especificación de autor, la idea de un ‘autor común’. Y eso se trasladaba, o venía de, esta valoración de los géneros ‘bajos’: la cuestión de que el arte de este tiempo, del tiempo que estás viviendo, puede estar en cualquier lado. No lo decíamos así, pero podríamos haberlo dicho: que en cualquier lado está la experiencia estética.» (…)

«Con Patoruzú, yo había tenido una suerte de ‘fantasía’, cuando me di cuenta de lo que era, con ayuda de esas nuevas perspectivas, con ayuda de esa bibliografía que te permitía ver la complejidad en la simplicidad. Que te permitía descubrir que, en realidad, Superman era infinito, que era tan infinito como la Gioconda, ¿no? Por un lado, Patoruzú era una historieta que yo había recorrido desde la infancia, ampliamente; sobre la que había pensado algo, también, porque era como una especie de parte del contexto de la cultura tradicional argentina, no de la cultura ‘elevada’, pero sí tradicional. Por otro lado, analizar Patoruzú me permitía ejercer un trabajo crítico inmediatamente político. Y en ese momento, había una esperanza de la eficacia política de la crítica, que exigía la permanencia y la centralidad de ese componente en la perspectiva.» (…)

 

Una versión más reducida de esta entrevista se publicó en el Nº 3 de la revista Árbol de Jítara (Córdoba, mayo de 2009), pp. 56-61.

24. El discurso sobre la historieta en Argentina. Intertextualidad, conciencia y mercado / Lucas Berone

A mediados de los años setenta, en Argentina, las principales líneas de teorización y crítica en el campo de las ciencias de la comunicación y los estudios sobre cultura popular se han consolidado y, respecto de la historieta, han establecido sus áreas de interés y modos institucionales de acceso al objeto. Si hubiera que marcar una periodización de esta discursividad, sería necesario afirmar que comienza allí un singular momento de dispersión: los textos y autores que parecían haberse convocado en torno de los mismos objetos, dejan de repente de señalarse y se recluyen en las dinámicas de diferentes discusiones, agendas y tradiciones, distintos desarrollos disciplinares, diversos circuitos de producción y circulación de saberes. La línea semiológica, representada por Steimberg (Leyendo historietas, 1977), despliega su acceso a la historieta desde las formas de la intertextualidad. En el otro extremo del campo, sacudidos por el cierre de la experiencia socialista en Chile, los trabajos de sesgo marxista (Ariel Dorfman, 1974) aparecen enfrentados al problema de la conciencia burguesa y sus fantasmas: la ideología como “falsa conciencia”, la moralización de las relaciones sociales de explotación, etc. Finalmente, en este momento de dispersión, el evento más significativo tendrá lugar en la línea de los textos críticos que abordaban la historieta desde perspectivas cercanas a la historia literaria y cultural (Rivera, Romano, Sasturain). En esta línea, desde las publicaciones del CEAL y también, sobre todo, por las Bienales que se realizaron en la ciudad de Córdoba (de 1972 a 1979), había empezado a gestarse una singular confluencia entre creadores y críticos e historiadores; lo que llevaría a un pensamiento cada vez más insistente acerca del estatuto del autor o productor de la cultura popular, y sus compromisos con el mercado, el público, la realidad, las tradiciones nacionales, el valor estético de su obra.

Ver texto completo: eldiscursosobrelahistorietaponencia-berone

Ponencia presentada en el III Foro de Investigación e Intervención Social. Córdoba, lunes 24 y martes 25 de noviembre de 2008.  Escuela de Ciencias de la Información – Universidad Nacional de Córdoba.

20. «El caso Mafalda, como experiencia de los límites» / Lucas Berone

Ponencia presentada en el VII Congreso Nacional y II Congreso Internacional de la Asociación Argentina de Semiótica: Temporalidades. Rosario, del 7 al 10 de noviembre.
Ver texto completo: elcasomafalda-lucasberone

Para leer a Mafalda (1975), del ¿sociólogo? argentino-peronista Pablo José Hernández, es un caso límite: señala, en la historia de las ciencias sociales en Argentina, hasta dónde puede llegar el proceso de politización acelerada y unilateral de la mirada sobre los signos o los textos de una cultura, a tal punto que el meta-texto crítico ocupa con su lenguaje el texto-objeto y le impide producir sentido, le impide funcionar como signo. Pero leer el ¿análisis? de Hernández en tanto elemento de una serie que lo trasciende, la del discurso teórico-crítico sobre la historieta (que en la década del setenta hizo de la tira Mafalda, de Quino, un caso-testigo), puede permitirnos hacer la experiencia de ciertos límites disciplinares: 1) los de la reflexión semiológica, en la distancia que va de los signos a sus productores (autores, creadores) y de los signos a sus objetos (sus circunstancias, lo “real”), y 2) los del discurso teórico en el campo de la lucha política, enfrentado a ciertas lógicas significantes como la del humor, que no tolera o no admite una interpretación literal de sus significados (en efecto, el “chiste” supone, bajo la quieta superficie del significante, un permanente deslizamiento de sus sentidos).

4. Oscar Masotta y la “literatura dibujada”. Reflexiones sobre la disolución de un objeto / Lucas Rafael Berone

Ver texto completo

Introducción

La presente ponencia es el extracto de una investigación mayor, actualmente en curso, sobre la formación de una serie discursiva, disciplinar, que toma como objeto de estudio a la historieta. Los resultados que aquí se exponen deben verse entonces como siempre provisorios, sujetos a revisión, y el valor de ciertas afirmaciones, que tal vez parezcan discutibles, acaso debería contemplarse sobre el fondo de un espacio más amplio o general, como puede serlo el mapa de cuestiones y tensiones que atravesaron el campo intelectual o cultural de nuestro país durante la década del sesenta. Como sea, la serie discursiva que me propongo reconstruir reconoce convencionalmente un punto de partida: el nombre de un fundador y los gestos institucionales de una fundación. Hacia fines de 1968, después de haber organizado en los salones del Instituto Di Tella de Buenos Aires la Primera Bienal Internacional de la Historieta, el crítico e investigador Oscar Masotta publica los tres primeros y únicos números de la revista LD (Literatura Dibujada). Serie de Documentación de la Historieta Mundial . Poco después, en 1970, la editorial Paidós publica, de Masotta, La historieta en el mundo moderno, estudio o “noticia cronológica” sobre el origen y el desarrollo histórico del género, principalmente en los Estados Unidos.

Estos gestos se inscriben en ese momento en una cierta encrucijada de las ciencias sociales y humanas en nuestro país, como instancias particulares de un discurso de fundación que comenzaba a abrir el espacio de un conjunto de campos disciplinares conexos: la semiología, las ciencias de la comunicación, los estudios sobre cultura popular y cultura de masas. Sin embargo, esta operación de fundación discursiva, lejos de ser homogénea, es abiertamente contradictoria, y la expresión acuñada por Masotta para designar a la historieta (“literatura dibujada”) no refiere a una interacción pacífica entre arte verbal y arte visual; antes bien, nombra el espacio de una tensión problemática, no resuelta, entre códigos enfrentados, e instala en el futuro los lugares teóricos e ideológicos donde la historieta llegaría a instituirse como un objeto probable. Habría, entre imagen y palabra, en el centro de la historieta, una relación de mutuo desconocimiento: mientras que la literatura ancla ideológicamente a la imagen (la “compromete” moralmente), esta última no deja de mostrar insistentemente la distancia que va de los códigos a lo real, no deja de cuestionar ese “compromiso” entre la palabra y lo que se quiere decir. En esta situación, el objeto (de representación) no deja nunca de disolverse, de desvanecerse, mientras que la historieta (como objeto) reaparece aquí y allá, evanescente, en uno y otro dominio, abriendo uno y otro espacio, sin anclarse definitivamente a ninguno.

Hacia aquí y ahora, la cuestión podría plantearse de la siguiente manera. Podríamos preguntarnos, nosotros: ¿qué disciplina se hace cargo hoy de la historieta, si tal cosa es necesaria? ¿Por qué y para qué es necesario asumirla como objeto de estudio? ¿Qué cosas, todavía, es capaz de hacer aparecer ante nuestros ojos la historieta, qué ideas puede suscitar aún su palabra muda, sin voz?